jueves, 28 de febrero de 2019

"Las voces frente a la crisis teóricas en la enseñanza de la economía"

Las voces frente a la crisis teóricas en la enseñanza de la economía

Por: George Durand
Estudiante de Economía en la "Universidad Nacional Hermilio Valdizán"



Crisis y decepciones en economía, crisis dentro de su propia teoría económica: esa es la lección que nos dejó la primera crisis financiera del siglo XXI. Debido a que la teoría económica dominante: “la neoclásica” no lo vio venir. La corriente ortodoxa de economía ha monopolizado la enseñanza de lo que respectivamente se conoce como “teoría económica” en casi todas las facultades de economía del mundo (Urbina, 2015); pues, ésta ha excluido toda opinión disconforme y, en consecuencia, la crisis financiera ha sido el precio que hemos tenido que pagar por esa indiferencia y exclusión.

Desde el comentario más conocido de Margaret Thatcher “No hay alternativa” se legitimó el capitalismo (neo-liberal), en todos sus ámbitos, como el pensamiento único que nos guiará por las sendas de la prosperidad política y económica, extendiéndose la creencia hacia un sistema tecnocrática basada en la eficiencia del cálculo económico. Paralelamente, una actitud similar acaece en la enseñanza de la economía; el dominio ortodoxo se dicta acríticamente en las todas universidades del mundo. Por esta razón el profesor Rodrik comentó, sobre los indignados del salón de clases, lo siguiente: “La enseñanza de economía a nivel [de] licenciatura tiene el mismo problema. En nuestro afán por mostrar las perlas de la profesión en una forma pulcra –la eficiencia de mercados, la mano invisible, las ventajas comparativas– nos alejamos de las complicaciones y matices del mundo real, que han sido reconocidos por la disciplina”; agrega, “es como si en los cursos de introducción a la Física asumen un mundo sin gravedad porque de esa manera todo es mucho más simple

Debemos desmitificar esa frase (´no hay alternativas´) ante la enseñanza de economía. Lo cierto es que hay muchas escuelas de pensamiento alternativa, con su propio análisis y métodos de estudios dentro de la economía. Los enfoques alternativos existentes principales son: economía poskeynesiana (¡no confundir con los neo-keynesianos!), marxista, institucional, estructuralista (del desarrollo), los schumpeterianos (evolucionistas) y otros. Resulta que éstos han sido marginados por la ortodoxia. Y lo mismo sucedió con los cursos de historia económica hasta después de 2008.

La actual situación de la enseñanza de economía resulta muy descorazonadora y a su vez preocupante. Desde mediados del siglo XX, sin duda, se inició una nueva era de la vida económica con nuevos problemas que requieren nuevas soluciones; una de ellas fue la crisis financiera. Pero, por lo que respecta a la teoría económica, la nueva era pareciese no requerir nuevas soluciones, ya que la teoría avanzó a un ritmo constante ante los nuevos problemas (Robinson, 2004). Quizás lo peligroso no es que la economía neoclásico se haya impuesto como la corriente dominante, sino que el relato que se hace de la economía es que se define a ésta como estrictamente "lo económico". De ahí que muchas veces cuando estudiamos “economía” lo hacemos desde la perspectiva única de escuela neoclásica, soslayando enfoques alternativos de microeconomía y macroeconomía heterodoxia.

Por esta razón Joseph Stiglitz y George Akerlof, en su artículo, publicado en The Guardian en 2008, titulado “A new economics in an imperfect world”, señala que la economía –como tal– está en un cambio evolutivo hacia un mundo imperfecto; al mismo tiempo que nos da a conocer la creación de la Fundación “Initiative for New Economic Thinking” a cargo del multimillonario George Soros juntamente con la Universidad Central de Europa, teniendo como objetivo principal el desarrollo de enfoques alternativos que puedan contribuir a la sociedad. Incluso el economista –neo-keynesiano– Krugman meditó, en su artículo “¿Cómo pudieron equivocarse tanto los economistas?”, sobre los fundamentos por la que no se previó la crisis. Pero parece que no han podido sacudir los cimientos de la ortodoxia.

Sin embargo parece que la economía heterodoxa vive un momento interesante. Resulta que algo inaudito sucedió en la Universidad de Harvard el 2011. Pues, los estudiantes cansados de la uni-direccionalidad del profesor Mankiw decidieron (unánimemente) retirarse de la clase y dejar escrito una carta abierta para él, en la que se reflexiona la enseñanza [ortodoxia] que reciben  y a su vez exigen una multi-direccionalidad académica. La contestación de Mankiw fue que por parte de los estudiantes existe un desconocimiento de la historia económica. “La economía no tiene ideología”, replicó. 

Enhorabuena los estudiantes de la Universidad de Manchester, en 2014, se rebelaron en las aulas, al mismo tiempo que los de Harvard, ante la economía ortodoxa, y en respuesta a Mankiw, exigieron vigorosamente en más de una ocasión la "pluralidad económica". Ellos declaran que: “No es sólo la economía mundial lo que está en crisis. La enseñanza de la economía también está en crisis, y esta crisis tiene consecuencias que van más allá de la universidad”; además, agregan: “Es inaudito en otros campos: nadie tomaría en serio una carrera de psicología en la que sólo se oyera hablar de Freud, o una carrera de políticas en la que sólo se hablara de socialismo de Estado (…) Lo que se enseña en la universidad moldea la mentalidad de las próximas generaciones de políticos y, por tanto, da forma a la sociedad en que vivimos”, plasmada en el Manifiesto, escrito el Director Ejecutivo del Banco de Inglaterra (Banco Central) Andrew Haldane, firmado por 42 asociaciones de estudiantes de 19 países. Este Manifiesto buscaba incorporar el llamado “pluralismo económico” dentro de los planes de estudio de las facultades de economía.

En razón de ello se formó una alianza denominada “Iniciativa Estudiantil Internacional por el Pluralismo en Economía” integrada por estudiantes universitarios y asociaciones de economistas de distintos países proponiendo una reforma en la enseñanza e investigación en economía. Y el apoyo vino también por parte de Robert Skidelsky (historiador y biógrafo de John Maynard Keynes, a su vez es miembro de la Academia Británica de Economía e Historia), Ha-Joo Chang (economista heterodoxo de la Universidad de Cambridge), Kate Raworth (autora del libro "Doughnut Economics"), Steve Keen (economista heterodoxo y autor de unos de los libros más polémicos contra la ortodoxia "La economía desenmascarada"), quien ha felicitado la iniciativa diciendo: “Yo les felicito… Estoy encantado de que los estudiantes hayan decidido rebelarse en contra de este paradigma y de uno de sus divulgadores clave… Yo hice lo mismo hace cuarenta años contra los defensores del neoclasicismo, en ese entonces algo menos conocido”.

Este grupo de economistas pertenecen al movimiento “Rethinking Economics”, que tuvo sus primeros pasos en consecuencia al Manifiesto de Manchester. Cuya finalidad es integrar reformulaciones en los planes de estudio de economía. El grupo tuvo como resultado un libro escrito por Joe Earle, Cahal Moran y Zach W. Perkins (miembros del movimiento) denominado “The Econocracy”, en donde se sostiene que Reino Unido se ha convertido en una sociedad en donde la "economía" es el principal objetivo de la política. Demostrando, según el texto, cómo la economía debilita y socava la democracia y, a su vez, aumenta el poder y autoridad de los economistas. El libro también incluye entrevistas a las organizadores estudiantiles y una revisión curricular de la educación universitaria en economía de siete universidades de Reino Unido. Así sucesivamente la heterodoxia gana fuerza.

Simultáneamente, suscitaron acontecimientos a favor de la pluralidad económica. Por ejemplo, en España se incorporaron cursos electivos, denominado “Repensar la economía”, con exposiciones sobre las distintas escuelas económicas alternativas. Perú difícilmente tiene antecedentes de heterodoxia dentro de sus aulas, son poquísimos los economistas confesados. Sin embargo, el año pasado un joven economista Dante Urbina (autor del libro “Economía para herejes: Desmontando los Mitos de la Economía Ortodoxia”) sorprendió a todos en un Congreso de Estudiantes de Economía cuando expuso su conferencia titulado “Hacia una nueva visión: La necesidad de innovación en la enseñanza dela Economía”, en donde reflexionó y pidió que se formulara un cambio en la enseñanza que se tiene de la teoría económica.

Asimismo el año pasado un grupo de economistas clavó de manera simbólica a las puertas de la London School of Economics 33 tesis para reformar la Economía. Definiendo a la economía neoclásica como una “dictadura” dentro de las aulas. Es más, ellos enfatizan que si queremos replantear la economía no debemos prescindir de tentaciones totalizantes (como la economía marxista) y avanzar con generosidad. Puesto que ninguna corriente alternativa es suficiente para explicar la economía; ninguna engloba a los demás; ninguna de las heterodoxias puede ser fuente de pensamiento único.    

En estos tiempos necesitamos a la economía marxista desnudando las contradicciones intrínsecas del capitalismo, a los poskeynesianos cuestionando el dogma síntesis neoclásico-keynesiano con su mismas herramientas, a la ecológica demostrando los límites del mercado en el terreno ecológico a los que la economía se encuentra sometida, a los institucionalistas replanteando los procesos de producción en las que salen afectas las diversidades institucionales, a los conductuales desmitificando el supuesto de racionalidad, a los sraffianos impulsando la discusión sobre la heterogeneidad del capital, a los evolucionistas explicando el desarrollo tecnológico y social, y otros. Sobre todo, necesitamos a estas corrientes alternativas trabajando juntas y complementándose una de otras.

Vale decir que mientras estos hechos no repercuten en las aulas se seguirá considerándose a la economía ortodoxa como una ciencia lúgubre, dado que postula que una sociedad debe sufrir, ser austera y librarse a una competencia desenfrenada para alcanzar el super-bienestar. Necesitamos  una enseñanza que nos informen de los límites y de las debilidades de la teoría dominante y también las alternativas. Es una buena oportunidad para que una nueva generación de economistas realice una importante e indispensable aportación a las cuestiones críticas para las que toda la opinión consciente está exigiendo una respuesta.

Nosotros, los estudiantes, no podemos desperdiciar unos años maravillosos aprendiendo sólo a recitar sortilegios. 

Referencias:

Earle, J., Moran, C., & Ward-Perkins, Z. (2017). The Econocracy: The perils of leaving economics to the experts.

Robinson, J. (2004). La economía, hoy. En S. d. Etxezarreta, Crítica a la economía ortodoxa (págs. 23-28). Bellaterra: Universidad Autónoma de Barcelona. Servei de Publicaciones.

Urbina, D. A. (2015). Economía para Herejes: Desnudando los Mitos de la Economía Ortodoxa. Charleston: CreateSpace.