Las voces frente a la crisis teóricas en la enseñanza de la economía
Por: George Durand
Estudiante de Economía en la "Universidad Nacional Hermilio Valdizán"
Crisis y decepciones en
economía, crisis dentro de su propia teoría económica: esa es la lección que
nos dejó la primera crisis financiera del siglo XXI. Debido a que la teoría
económica dominante: “la neoclásica”
no lo vio venir. La corriente ortodoxa de economía ha monopolizado
la enseñanza de lo que respectivamente se conoce como “teoría económica” en
casi todas las facultades de economía del mundo (Urbina, 2015) ; pues, ésta ha
excluido toda opinión disconforme y, en consecuencia, la crisis financiera ha
sido el precio que hemos tenido que pagar por esa indiferencia y exclusión.
Desde el comentario más conocido
de Margaret Thatcher “No hay alternativa”
se legitimó el capitalismo (neo-liberal), en todos sus ámbitos, como el
pensamiento único que nos guiará por las sendas de la prosperidad política y
económica, extendiéndose la creencia hacia un sistema tecnocrática basada en la
eficiencia del cálculo económico. Paralelamente, una actitud similar acaece en la
enseñanza de la economía; el dominio ortodoxo se dicta
acríticamente en las todas universidades del mundo. Por esta razón el profesor Rodrik
comentó, sobre los indignados del salón de clases, lo siguiente: “La enseñanza de economía a nivel [de] licenciatura tiene el mismo
problema. En nuestro afán por mostrar las perlas de la profesión en una forma
pulcra –la eficiencia de mercados, la mano invisible, las ventajas comparativas–
nos alejamos de las complicaciones y matices del mundo real, que han sido
reconocidos por la disciplina”; agrega, “es como si en los cursos de
introducción a la Física asumen un mundo sin gravedad porque de esa manera todo
es mucho más simple”.
Debemos
desmitificar esa frase (´no hay alternativas´) ante la enseñanza de economía. Lo
cierto es que hay muchas escuelas de pensamiento alternativa, con su propio
análisis y métodos de estudios dentro de la economía. Los enfoques alternativos
existentes principales son: economía poskeynesiana (¡no confundir con los
neo-keynesianos!), marxista, institucional, estructuralista (del desarrollo),
los schumpeterianos (evolucionistas) y otros. Resulta que éstos han sido
marginados por la ortodoxia. Y lo mismo sucedió con los cursos de historia
económica hasta después de 2008.
La actual situación de la enseñanza de economía resulta muy descorazonadora
y a su vez preocupante. Desde mediados del siglo XX, sin duda, se inició una
nueva era de la vida económica con nuevos problemas que requieren nuevas
soluciones; una de ellas fue la crisis financiera. Pero, por lo que respecta a
la teoría económica, la nueva era pareciese no requerir nuevas soluciones, ya
que la teoría avanzó a un ritmo constante ante los nuevos problemas (Robinson, 2004) . Quizás lo
peligroso no es que la economía neoclásico se haya impuesto
como la corriente dominante, sino que el relato que se hace de la economía es
que se define a ésta como estrictamente "lo económico". De ahí que muchas veces
cuando estudiamos “economía” lo hacemos desde la perspectiva –única– de escuela neoclásica,
soslayando enfoques alternativos de microeconomía y macroeconomía heterodoxia.
Por esta razón Joseph Stiglitz
y George Akerlof, en su artículo, publicado en The Guardian en 2008, titulado
“A new economics in an imperfect world”, señala que la economía –como tal– está
en un cambio evolutivo hacia un mundo imperfecto; al mismo tiempo que nos da a conocer
la creación de la Fundación “Initiative for New Economic Thinking” a cargo del multimillonario
George Soros juntamente con la Universidad Central de Europa, teniendo como
objetivo principal el desarrollo de enfoques alternativos que puedan contribuir a la sociedad. Incluso el economista –neo-keynesiano– Krugman meditó, en su
artículo “¿Cómo pudieron equivocarse tanto los economistas?”, sobre los fundamentos por la que no se previó la crisis.
Pero parece que no han podido sacudir los cimientos de la ortodoxia.
Sin embargo parece que la
economía heterodoxa vive un momento interesante. Resulta que algo inaudito
sucedió en la Universidad de Harvard el 2011. Pues, los estudiantes cansados de
la uni-direccionalidad del profesor Mankiw decidieron (unánimemente) retirarse
de la clase y dejar escrito una carta abierta para él, en la que se reflexiona
la enseñanza [ortodoxia] que reciben y a
su vez exigen una multi-direccionalidad académica. La contestación de Mankiw
fue que por parte de los estudiantes existe un desconocimiento de la historia
económica. “La economía no tiene ideología”, replicó.
Enhorabuena los estudiantes de la Universidad de
Manchester, en 2014, se rebelaron en las aulas, al mismo tiempo que los de Harvard, ante la
economía ortodoxa, y en respuesta a Mankiw, exigieron vigorosamente en más de
una ocasión la "pluralidad económica". Ellos declaran que: “No es sólo la
economía mundial lo que está en crisis. La enseñanza de la economía también
está en crisis, y esta crisis tiene consecuencias que van más allá de la
universidad”; además, agregan: “Es inaudito en otros campos: nadie tomaría en
serio una carrera de psicología en la que sólo se oyera hablar de Freud, o una
carrera de políticas en la que sólo se hablara de socialismo de Estado (…) Lo
que se enseña en la universidad moldea la mentalidad de las próximas
generaciones de políticos y, por tanto, da forma a la sociedad en que vivimos”,
plasmada en el Manifiesto, escrito el Director Ejecutivo del Banco de
Inglaterra (Banco Central) Andrew Haldane, firmado por 42 asociaciones de
estudiantes de 19 países. Este Manifiesto buscaba incorporar el llamado
“pluralismo económico” dentro de los planes de estudio de las facultades de
economía.
En razón de ello se
formó una alianza denominada “Iniciativa Estudiantil Internacional por el
Pluralismo en Economía” integrada por estudiantes universitarios y asociaciones
de economistas de distintos países proponiendo una reforma en la enseñanza e investigación
en economía. Y el apoyo vino también por parte de Robert Skidelsky (historiador
y biógrafo de John Maynard Keynes, a su vez es miembro de la Academia Británica
de Economía e Historia), Ha-Joo Chang (economista heterodoxo de la Universidad
de Cambridge), Kate Raworth (autora del libro "Doughnut Economics"), Steve Keen (economista heterodoxo y autor de
unos de los libros más polémicos contra la ortodoxia "La economía desenmascarada"), quien ha felicitado la iniciativa
diciendo: “Yo les felicito… Estoy encantado de que los estudiantes hayan
decidido rebelarse en contra de este paradigma y de uno de sus divulgadores
clave… Yo hice lo mismo hace cuarenta años contra los defensores del neoclasicismo,
en ese entonces algo menos conocido”.
Este grupo de economistas pertenecen al
movimiento “Rethinking Economics”, que tuvo sus primeros pasos en consecuencia
al Manifiesto de Manchester. Cuya finalidad es integrar reformulaciones en los
planes de estudio de economía. El grupo tuvo como resultado un libro
escrito por Joe Earle, Cahal Moran y Zach W. Perkins (miembros del movimiento) denominado
“The Econocracy”, en donde se sostiene que Reino Unido se ha convertido en una sociedad en donde la "economía" es el principal objetivo de la política. Demostrando, según el texto, cómo la economía debilita y socava la democracia y, a su vez, aumenta el poder y autoridad de los economistas. El libro también incluye entrevistas a las organizadores estudiantiles y una revisión curricular de la educación universitaria en economía de siete universidades de Reino Unido. Así sucesivamente la heterodoxia gana
fuerza.
Simultáneamente,
suscitaron acontecimientos a favor de la pluralidad económica. Por ejemplo, en
España se incorporaron cursos electivos, denominado “Repensar la economía”, con
exposiciones sobre las distintas escuelas económicas alternativas. Perú difícilmente
tiene antecedentes de heterodoxia dentro de sus aulas, son poquísimos los
economistas confesados. Sin embargo, el año pasado un joven economista Dante
Urbina (autor del libro “Economía para
herejes: Desmontando los Mitos de la Economía Ortodoxia”) sorprendió a
todos en un Congreso de Estudiantes de Economía cuando expuso su conferencia
titulado “Hacia una nueva visión: La necesidad de innovación en la enseñanza dela Economía”, en donde reflexionó y pidió que se formulara un cambio en la enseñanza que se tiene de la teoría económica.
Asimismo el año
pasado un grupo de economistas clavó de manera simbólica a las puertas de la
London School of Economics 33 tesis para reformar la Economía. Definiendo a la
economía neoclásica como una “dictadura” dentro de las aulas. Es más, ellos
enfatizan que si queremos replantear la economía no debemos prescindir de
tentaciones totalizantes (como la economía marxista) y avanzar con generosidad.
Puesto que ninguna corriente alternativa es suficiente para explicar la
economía; ninguna engloba a los demás; ninguna de las heterodoxias puede ser
fuente de pensamiento único.
En estos tiempos
necesitamos a la economía marxista
desnudando las contradicciones intrínsecas del capitalismo, a los poskeynesianos cuestionando el dogma
síntesis neoclásico-keynesiano con su mismas herramientas, a la ecológica demostrando los límites del
mercado en el terreno ecológico a los que la economía se encuentra sometida, a
los institucionalistas replanteando
los procesos de producción en las que salen afectas las diversidades
institucionales, a los conductuales
desmitificando el supuesto de racionalidad, a los sraffianos impulsando la discusión sobre la heterogeneidad del
capital, a los evolucionistas explicando
el desarrollo tecnológico y social, y otros. Sobre todo, necesitamos a estas
corrientes alternativas trabajando juntas y complementándose una de otras.
Vale decir que
mientras estos hechos no repercuten en las aulas se seguirá considerándose a la
economía ortodoxa como una ciencia lúgubre, dado que postula que una sociedad
debe sufrir, ser austera y librarse a una competencia desenfrenada para
alcanzar el super-bienestar. Necesitamos una
enseñanza que nos informen de los límites y de las debilidades de la teoría
dominante y también las alternativas. Es una buena oportunidad para que
una nueva generación de economistas realice una importante e indispensable
aportación a las cuestiones críticas para las que toda la opinión consciente
está exigiendo una respuesta.
Nosotros, los
estudiantes, no podemos desperdiciar unos años maravillosos aprendiendo sólo a
recitar sortilegios.
Referencias:
Earle, J., Moran, C., & Ward-Perkins, Z. (2017). The Econocracy: The perils of leaving economics to the experts.
Robinson, J. (2004). La economía, hoy. En S. d. Etxezarreta, Crítica a la economía ortodoxa (págs. 23-28). Bellaterra: Universidad Autónoma de Barcelona. Servei de Publicaciones.
Robinson, J. (2004). La economía, hoy. En S. d. Etxezarreta, Crítica a la economía ortodoxa (págs. 23-28). Bellaterra: Universidad Autónoma de Barcelona. Servei de Publicaciones.
Urbina, D. A. (2015). Economía para Herejes: Desnudando los Mitos de la
Economía Ortodoxa. Charleston: CreateSpace.
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