POBREZA Y ANEMIA EN EL PERÚ: Crisis del modelo neo-liberal
Por: Mg. Juan Jua Tarazona Tucto
Docente de Economía en la UNHEVAL
La Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), realizado por el INEI, determinó que la tasa de pobreza monetaria se elevó en 1% respecto al año anterior, pasando de 20.7% (2016) a 21.7% (2017). Este incremento en número de personas significa que 375,000 peruanos descendieron de su condición de "clase media" a ocupar el lugar de los nuevos pobres.
La metodología empleada por el INEI, para medir el índice de pobreza, tiene como referencia la canasta básica alimentaria (lácteos, carnes, verduras, frutas, huevos, cereales, grasas, legumbres, etc.) y no alimentaria (transporte, vestimenta, vivienda, educación, salud, etc.). De acuerdo con ésta, en el 2017, el costo promedio mensual de la canasta básica por persona fue de 338 soles y de 1,352 soles si se consideran cuatro miembros en un hogar, es decir, las personas cuyo gasto promedio es menor a 338 soles son considerados pobres; por tanto se consideran extremos pobres a aquellos peruanos cuyos ingresos no cubran la canasta básica alimentario de 183 soles por persona y de 732 soles si se consideran cuatro miembros en un hogar.
Según expertos en el manejo de cifras de pobreza, la pobreza medido en términos monetarios estarían por encima del 30% y no en 21.7%. Es decir, más de nueve millones y medio de peruanos vivirían en condiciones de carencias en pleno siglo XXI. De acuerdo con este cálculo heterodoxo, el incremento de nuevos pobres ocurrido en 2017 no serían de 375,000 personas sino de la abultada cifra -consistente- de tres millones más de pobres.
De acuerdo con el economista Farid Matuk, ex jefe del INEI, la metodología de medición de pobreza en nuestro país habría, como señala, sido manipulada por intereses políticos a inicios del segundo gobierno de Alan García, en la que se utilizó un "nuevo método (matemática secreta)" para aparecer como uno de los abanderados de la reducción de la pobreza y ensalzar los "éxitos" del modelo neo-liberal en el Perú.
El incremento de pobreza en el 2017 también trajo consigo el incremento de la anemia. Pues, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) , el 43,6% de niños menores de tres años en todo el país padecieron de anemia durante el año pasado. Por tanto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando la anemia en niños menores de cinco años es superior al 40% en el promedio nacional, estamos ante un problema de salud pública.
Este incremento de pobreza monetaria y de anemia en la población más vulnerable de nuestro país es un indicador de que el modelo económico, surgido desde el Consenso de Washington (recetas neo-liberales) a inicios del gobierno fujimorista y continuado por los regímenes de Toledo, García, Humala y ahora por Vizacarra, atraviesa por una evidente crisis; los apologistas de este modelo atribuyen la causa del fallido intento de la reducción de pobreza a factores como: la desaceleración económica (manifestada desde el 2013 por la caída de los precios de los commodities), corrupción de ODEBRECHT, el fenómeno del niño costero, el obstruccionismo de PPK, y la migración venezolana.
Estos factores pudieron haber influido en el incremento de la pobreza y la persistencia de la anemia en el Perú y sus regiones pero no representa la causa sino el efecto de una crisis política y económica que tiene como base al modelo extractivista neo-liberal, que en más de 25 años de funcionamiento no cambió la estructura primario-exportador de nuestra economía que persiste desde los tiempos coloniales.
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